Actualmente, los clientes están mejor informados, tienen mayor seguridad y son más inconstantes.
Sin dudarlo, cambian de rumbo y de proveedor a su voluntad. Sin embargo, hay muchas empresas que decepcionan constantemente a sus clientes y poco les importa que éstos les abandonen.
Pocas son las empresas que se animan a reconocer que pierden un gran número de clientes al año, me animo a decir que esto es un error fatal, porque solucionar la “fuga de clientes” les permitirá descubrir nuevas oportunidades de ingresos.
Cuando las empresas tomen conciencia (y asuman) la pérdida que representa dejar ir a un cliente, comenzarán a prestarle la atención que se merecen.